La basura tecnológica y la responsabilidad de las empresas.

Según Wikipedia «La chatarra electrónica o desechos electrónicos o basura tecnológica (en inglés: e-waste o WEEE) corresponde a todos aquellos productos eléctricos o electrónicos que han sido desechados o descartados, tales como: computadoras, teléfonos celulares, televisores y electrodomésticos. La chatarra electrónica se caracteriza, entre otros factores, por su rápido crecimiento debido a la rápida obsolescencia que están adquiriendo los dispositivos electrónicos y por la mayor demanda de estos en todo el mundo. La ONU calcula que se producen en torno a 50 millones de toneladas de esta clase de residuos al año».

Hasta finales de los 90 la generación de basura electrónica no suponía un problema acuciante, pues los dispositivos electrónicos eran muy caros, había pocos y se procuraba aprovecharlos el mayor tiempo posible. Hoy los precios han bajado considerablemente, con lo que no supone una gran inversión cambiar el ordenador o la impresora, el móvil, el Mp3, etcétera.

En cambio si está suponiendo un gran problema para el medio ambiente ya que el aumento del e-waste ha sido espectacular y los dispositivos obsoletos acaban sus días en los contenedores de basura.

De sobra es conocida la gran cantidad de contaminantes que contienen en su interior los aparatos electrónicos. Gran parte de estos residuos van a parar a paises del tercer mundo, por la sencilla razón de que allí es más barato su reciclado.

Lagos (Nigeria), Nueva Delhi, Bombay, Chennai y Ahmadabad (La India), Guiyú (China) y Karachi (Pakistán); son algunas ciudades del mundo que son contaminados con los desechos de los países de occidente y también de los países emergentes.

Para las empresas representa un reto, pues todo el mundo está ya concienciado con el problema y nadie duda de la necesidad de un reciclado responsable. Para el particular es relativamente fácil, solo tiene que acudir con su e-waste al punto limpio más cercano.

Para las empresas era más complicado, pero ya no, porque han surgido innovadoras empresas que no solo retiran el material obsoleto y lo reciclan en condiciones, sino que además pagan por ello.

Es el caso, por ejemplo, de RESIDUOS ELECTRONICOS, S.L., o INDUMETAL RECYCLING, S.A. y otras.