Intel se tendrá que defender ahora en su propio país
En mayo de este año ha sido impuesta a Intel una de las multas más grandes en la historia de la Unión Europea. El origen de la multa tiene que ver con las prácticas monolopolíticas que pone en práctica Intel en Europa. El demandante es su máximo rival en todo el mundo AMD (Advance Micro Devices Inc). Aquellos que han seguido más de cerca esta batalla por el mercado de los procesadores no terminan de estar muy seguros de que el problema quede resuelto con la sanción impuesta. De hecho la denuncia se produjo hace unos 10 años, y entre medias se han pronunciado sentencias semejantes en Japón (2005) y Corea (2008).
En el caso de Japón pagó la multa directamente y en el de Corea la apeló y terminó pagando. La realidad es que los beneficios que Intel obtiene de sus prácticas son mucho mayores que lo que le supone pagar estas multas.
El motivo de la multa han sido los descuentos que Intel realizó a varios fabricantes durante el período 2002 a 2007 condicionados a que compraran más procesadores Intel que AMD o a que simplemente no compraran procesadores AMD. La Unión Europea reconoce esta acción como penalizable cuando la ejerce una marca dominante como es el caso de Intel en el mundo de los procesadores, por lo que ha aplicado la multa considerando el número de unidades que se han podido vender bajo esta premisa, y el perjuicio que se ha podido originar a la propia AMD.
Todos coinciden en apuntar que ahora mismo el principal motivo de preocupación para Intel no es tanto el pago de la multa, sino el fortalecimiento argumental y económico de AMD.
De hecho el fiscal general de la ciudad de New York ha presentado una nueva demanda por la misma causa. Esto es toda una novedad en los Estados Unidos, pues hacía ya más de una década que Intel no recibía una demanda de este tipo en este territorio. De manera que ahora Intel debe defender sus políticas comerciales en su propio país. En Marzo se celebra el juicio.